Espíritus de Los Muertos.

sábado, 28 de junio de 2008


Tu alma, sobre la tumba de piedra gris
a solas yacerá con sombríos pensamientos;
Nadie, en toda esa intimidad, penetrará
en la delgada hora de tu Secreto,
Sé silencioso en esa quietud,
la cual no es Soledad, ya que
Los Espíritus de los Muertos,
quienes te precedieron en la Vida,
en la Muerte te rodearán,
y con Sombras, tu quietud enlazarán;



La Noche, tan clara, se oscurecerá,
y las estrellas nos arrebatarán su brillo
desde sus altos tronos en el Cielo,
con su luz de esperanza para los mortales,
pero sus esferas rojas, apagadas,
en tu hastío tendrán la forma de Fiebre y Llamas,
y te reclamarán para siempre.



Ahora son pensamientos que no desterrarás,
Ahora son visiones casi desvaneciéndose;
De tu Espíritu no pasarán jamás,
Como la gota de rocío muere sobre la hierba


La brisa, aliento de Dios, es inmóvil,
y la niebla sobre la colina
Sombría, sombría, y a la vez intocable,
Es una Señal y un Símbolo.
¡Cómo se extiende sobre los árboles,
Misterio de Misterios!

La Metamorfosis del Vampiro.




La dama, entre tanto, de su labios de fresa
estremeciéndose como una serpiente entre brasas
y amasando sus senos sobre el duro corsé,
Decía estas palabras impregnadas de almizcle:
Son húmedos mis labios y la ciencia conozco
de perder en el fondo de un lecho la conciencia,
Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.
y hago sonreír a los viejos con infantiles risas.
Soy para quien sepa contemplarme desvelada,
la luna, y soy el sol, el cielo y las estrellas.
Yo soy, mi amado sabio, tan docta en los deleites,
Cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidos,
o cuando a los mordiscos abandono mi busto,
tímida y ligera y frágil y robusta,
Que en esos cobertores que de emoción se rinden,
Impotentes los ángeles se perdieran por mí.
Cuando hubo succionado de mis huesos la médula
y muy lánguidamente me volvía hacia ella
A fin de devolverle un beso, sólo virebosante de pus, un cáliz pegajoso.
Yo cerré los dos ojos con helado terrory cuando quise abrirlos a aquella claridad,
A mi lado, en lugar del fuerte maniquí
que parecía haber hecho provisión de mi sangre,
en confusión chocaban fragmentos de esqueleto,
De los cuales se alzaban chirridos,
como los de una agria e infernal veleta,
o los de un cartel, al cabo de un vástago de hierro,
que acaricia el viento en las noches de invierno.

El Espejo de la Melancolía.

...vivía delante de su gran espejo sombrío, el famoso espejo cuyo modelo había diseñado ella misma... tan confortable era, que presentaba unos salientes donde apoyar los brazos, pudiendo permanecer muchas horas frente a él sin fatigarse.Podemos conjeturar que habiendo creído diseñar un espejo, Erzébet trazó los planos de su morada. Y ahora comprendemos por qué sólo la música más arrebatadoramente triste de su orquesta de gitanos o las riesgosas partidas de caza o el violento perfume de las hierbas mágicas en la cabaña de la hechicera o –sobre todo- los subsuelos anegados de sangre humana, pudieron alumbrar en los ojos de su perfecta cara algo a modo de mirada viviente. Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos.Nunca pudieron aclararse los rumores acerca de la homosexualidad de la condesa, ignorándose si se trataba de una tendencia inconsciente o si, por el contrario, la aceptó con naturalidad, como un derecho más que le correspondía. En lo esencial, vivió sumida en un ámbito exclusivamente femenino. No hubo sino mujeres en sus noches de crímenes. Luego, algunos detalles son obviamente reveladores: por ejemplo, en la sala de torturas, en los momentos de máxima tensión, solía introducir ella misma un cirio ardiente en el sexo de la víctima. También hay testimonios que dicen de una lujuria menos solitaria. Una sirvienta aseguró en el proceso que una aristocrática y misteriosa dama vestida de mancebo visitaba a la condesa. En una ocasión las descubrió juntas, torturando a una muchacha. Pero se ignora si compartían otros placeres que los sádicos.Continúo con el tema del espejo. Si bien no se trata de explicar a esta siniestra figura, es preciso detenerse en el hecho de que padecía del mal del siglo XVI: la melancolía.Un color invariable rige al melancólico, su interior es un espacio de color de luto; nada pasa allí, nadie pasa. Es una escena sin decorados donde el yo inerte es asistido por el yo que sufre esa inercia. Este quisiera liberar al prisionero, pero cualquier tentativa fracasa como si hubiera fracasado Teseo si, además de ser él mismo, hubiese sido, también, el Minotauro, matarlo, entonces, habría exigido matarse.Pero hay remedios fugitivos. Los placeres sexuales, por ejemplo, por un breve tiempo pueden borrar la silenciosa galería de ecos y de espejos que es el alma melancólica. Y más aún: hasta puede iluminar ese recinto enlutado y transformarlo en una suerte de cajita de música con figuras de vivos y alegres colores que danzan y cantan deliciosamente. Luego, cuando se acabe la cuerda, habrá que retornar a la inmovilidad y al silencio. La cajita de música no es un medio de comparación gratuita. Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto.De allí que ese afuera contemplado desde el adentro melancólico resulte absurdo e irreal y constituya “la farsa que todos tenemos que representar”. Pero por un instante –sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-. El ritmo lentísimo del melancólico no sólo llega a acordarse con el del mundo externo, sino que lo sobrepasa con una desmesura indeciblemente dichosa, y el yo vibra animado por energías delirante.Al melancólico el tiempo se le manifiesta como suspensión del transcurrir –en verdad, hay que transcurrir, pero su lentitud evoca el crecimiento de las uñas de los muertos- que procede y continúa a la violencia fatalmente efímera. Entre dos silencios o dos muertes, la prodigiosa y fugaz velocidad, revestidas de variadas formas que van desde la inocente ebriedad a las perversiones sexuales y aun al crimen. Y pienso en Erzébet Báthory y en sus noches cuyo ritmo medían los gritos de las adolescentes.El libro que comento en esta notas lleva un retrato de la condesa: la sombría y hermosa dama se parecen a la alegoría de la melancolía que muestran los viejos grabados. Quiero recordar, además, que en su época una melancólica significaba una poseída por el demonio.

Todas las cosas morirán


Todas las cosas morirán,
El río azul claramente derrama su corriente
bajo mi ojo.
Cálido y amplio,
el viento del surarrasa los cielos;
Una tras otra,
las blancas nubes son derretidas.
Cada corazón que esta mañana late con pasión,
lleno de precaria alegría,
algún día, sin embargo, morirá.


La corriente dejará de fluir,
La brisa cesará su canto,
Las nubes no flotarán,
El corazón ardiente callará,
pues todas las cosas morirán.
Todas las cosas morirán.
La primavera será tempestad;
Oh, vanidad!
La muerte aguarda en el umbral.
Mira! todos nuestros amigos
abandonan el vino y la alegría...
Nos llaman, debemos ir.


Yace abajo, bien abajo.
El la Oscuridad debemos reposar.
Las risas alegres permanecen graves;
y el canto de las aves,
o el viento sobre la colina,
no volverán a ser oídos.
¡Oh Miseria!¡
Escuchen todos!
la Muerte nos llamamientras derramo mis versos.


La mandíbula cae,
La mejilla cálida empalidece,
Los fuertes brazos se abaten,
El hielo y la sangre se mezclan,
La mirada se vuelve rígida;
Nueve veces la campana resuena:


Vosotras, almas alegres, adiós.
La vieja Tierra nació,
como los hombres saben,
en años perdidos.
Pero la vieja Tierra morirá.
Dejad entonces que el cielo ruja
y que las azules olas azoten la costa.
Nunca veremos a través de la eternidad,
Todas las sutilezas que nacen,
algún día ya no serán,
pues todas las cosas morirán.

La Muerte


Lo inevitable y la forma en que nos obliga a mirarnos por dentro.

La muerte acecha…
Me espera oculta
En la espesura
De esta noche cerrada.
Me observa,
Silenciosa,
Con la soberbia
De sentirse triunfadora.
Recorre mis rincones,
Estruja mi vida
Esperando golpear
El centro de mi corazón.
Me sonríe,
Complacida,
Segura de su éxito.
Acerca su mano
Intentando adivinar
Los espasmos de mi cuerpo
Ante tanta desolación.
Adivina mis profundos suspiros,
Y los amplifica
Para que lastimen mis oídos.
Bebe mis lágrimas
Con insaciable sed
Y se deleita
Con la humedad de mi alma.
Despierta mis fantasmas
Y los invita a poseerme
Con la avidez
De muchos años de encierro.
Se apodera de mis palabras
Y las destroza
Una a una,
Acallándolas definitivamente.
Invade mi memoria
Y selecciona
Con extrema cautela
Imponiéndome una interminable agonía.
Adormece mi cuerpo,
Inhabilita el deseo
Y me doblega,
Satisfecha,
Ante la realidad de la nada.
Me encierra,obstinada,
En un oscuro laberinto
Y obstruye, majestuosa,
Toda posibilidad de salida.
Corroe mi sensibilidad
Y me deja,
Impávida,
Ante la presencia del otro.
Transforma mis pensamientos,
Infalible,
Y me arrastra
Con insolente perversión.
Controla mi rutina,
La aniquila con extrema paciencia,
Y esparce sin sentidos
En toda mi existencia.
La muerte acecha…
Y camina a mi lado
Sonriente,
Invulnerable,
Seguro de que no podré abandonarla.

Sólo la muerte


Hay cementerios solos,tumbas llenas de huesos sin sonido,el corazón pasando un túneloscuro, oscuro, oscuro,como un naufragio hacia adentro nos morimos,como ahogarnos en el corazón,como irnos cayendo desde la piel del alma.Hay cadáveres,hay pies de pegajosa losa fría,hay la muerte en los huesos,como un sonido puro,como un ladrido de perro,saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.Yo veo, solo, a veces,ataúdes a velazarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,con panaderos blancos como ángeles,con niñas pensativas casadas con notarios,ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,el río morado,hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.A lo sonoro llega la muertecomo un zapato sin pie, como un traje sin hombre,llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.Sin embargo sus pasos suenany su vestido suena, callado como un árbol.Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,de violetas acostumbradas a la tierra,porque la cara de la muerte es verde,y la mirada de la muerte es verde,con la aguda humedad de una hoja de violetay su grave color de invierno exasperado.Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,lame el suelo buscando difuntos;la muerte está en la escoba,en la lengua de la muerte buscando muertos,es la aguja de la muerte buscando hilo.La muerte está en los catres:en los colchones lentos, en las frazadas negrasvive tendida, y de repente sopla:sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,y hay camas navegando a un puertoen donde está esperando, vestida de almirante.

Pablo Neruda

Soledad


La soledad se espesa.
Poco a poco sus hilos invisibles
tejen la telaraña inadvertida
que al corazón aprieta.
La soledad se adueña
de todo lo que fue, de lo que existe
y lo que no vendrá, lo que está roto.
Todo se pliega a ella.
La soledad nos duele
con ese dolor sordo de la ausencia,
esperanza por siempre fugitiva,
inalcanzable estrella.
La soledad produce
una temible y dura dependencia,
muestra su seducción con malas artes
hasta que al fin te enreda.
La soledad es dulce,
o amarga a veces, fríamente seca.
Se bebe en vaso largo, sorbo a sorbo,
y hasta se saborea.
La soledad acuna
los sueños imposibles que no llegan.

Para ti...


Como te explico que hay sueños que jamás podré realizar? Cómo te explico que el destino forja caminos que ya no puedo caminar? Cómo decirte que no se si eres la persona que cambiará mi vida, pero que quiero que lo intentes. No podría jurarme a mi mismo, que serás el amor de mi vida, pero intenta aunque sea ser una compañia. Quizás no seas la persona que me acompañe a lo largo de todo mi camino, pero aunque sea camina un poco de él, no creo que seas mi futuro asegurado, prefiero llamarte un presente incierto. No intento ofenderte, es que tampoco quiero ilusionarte, hace tanto que no siento ese nerviosismo al sentir que le robo un beso a la persona que intenta robarme el alma...Intento hacerte entender que no te pido un amor incondicional, te pido una aventura apasional, que nos amemos sin mesura, que nos encontremos bajo la luna, que nos besemos hasta perder la cordura...Que demostremos con actos lo que es el amor, que nos amamemos sin medidas, que perdamos el control, que me mires a los ojos y me hagas sentir la pasión, de tus besos, de esos labios, hazme sentir tu calor. No me digas que no quieres, que no sientes lo mismo que yo, no busco lastimarte, no es el dolor una opción.Quiero que seas esa luz en la oscuridad, ese brillo de esperanza, esa fuerza que devuelva a mi vida todas aquellas cosas que le hagan falta.

Tus ojos


Otro día más ke pasa, otro día ke llega, se pasan las horas, llega la noche, y la oscuridad me atrapa entre recuerdos que no me dejan escapar.Quizás no quiero escaparme, necesito recordar, las cosas que aún hoy no puedo aceptar. Un recuerdo más que vuelve a mi memoria para hacer quebrar, el estado de silencio en el que me encuentro, para lograr por fin llorar, quitar lo que llevo adentro, poderme desahogar.Seré la nica ke siente esto? Quizás comparte alguien mi sentimiento?.Me doy cuenta que aún contengo retazos de recuerdos de tu vida, de tu vida junto a la mia, sin darme cuenta que no logro romper ese hilo que junto a ti, hoy me mantiene en vida.Quizás deba morir, para lograr por fin renacer, dejando atrás mi pasado, dejando atrás lo que fui ayer.Deseo ser una persona nueva, pero no puedo depegarme de mi pasado,de ese pasado dia en que te vi por primera ves, a las fuerzas, obligandome a sentir un vacío en el alma, sentir que el corazón se quebrantaba, que mi vida se iba por la borda, mientras te perdía sin ninguna salvación, sin ninguna explicación...Es aún hoy, que intento recuperarte, que espero vanamente encontrarte, abrazarte, mirarte a los ojos, poder verme a través de ellos una vez más...Sin entender que es ínutil la espera, que no importa cuánto tiempo emplee, no se dará ese sueño, ese anhelo que llevo dentro.Quizás cuando el tiempo pase por completo, y me encuentre en el momento de comenzar un ciclo nuevo, podré decir entonces que volveré a ver a la persona que tanto quiero, a la persona que deseo tener en frente mio, y que ya no puedo.Y aún hoy te espero, y seguiré esperando cada día de mi vida, no me importa que sea necesario, esperar toda mi vida, porque se que es en ese mismo momento, en el cual te tendre frente a mis ojos, y te podré decir ich liebe dich.